Como agua tibia
cayendo sobre piel desnuda
en medio del invierno,
como aire fresco de la montaña
que aterriza lento sobre la sombra
y señorea sobre el calor de la soledad,
como agua fresca de lluvia
que al primer trago te reconecta,
ata tu cordura y calma tu sed,
así me sabe tu amor,
así llega tu presencia a mi vida,
así abrazas mi roto espíritu,
me vuelves a armar entre tus brazos.
Has entrado
como la insistente gota entre rocas,
has tocado el centro de lo que soy,
contigo no hay manto que logre cubrirme,
develaste mi materia y mi ser etéreo.
Qué dulce es tu amor en calma,
es igual que dormir sobre mansa agua,
me dejo llevar en ti,
volar entre tus alas,
pegado a tu corazón.
Embriágame más de tu aroma,
soy la reserva
que ha estado esperando por ti,
soy la corona
a tu aprendizaje,
soy la paz
que tu acelerado ser buscaba.
Dulce amor de miel,
dulce muerte a mi soledad,
abrázame fuera de este mundo,
que te he de seguir hasta donde llegues,
hasta donde vayas,
aunque algún día,
dejes de estar conmigo.