Te hallaré, entre los suspiros de la tarde,
cuando lo mente cae en estado de nostalgia,
cuando mis manos tejen recuerdos con las emociones que explotan en mí,
al sentirme entre tus brazos aprisionado a tu encanto,
ausente del mundo, ajeno a todo mi pasado.


Te hallaré entre las caricias de la noche,
en los secuestros permitidos de la luna,
en el pleno abrazo de la lujuria.


Ya has estado conmigo,
somos visitantes en nuestros sueños,
pero aún no encuentro la manera de retenerte,
hacer que tu voluntad se siente detrás de mi puerta,
dormite entre mis costumbres
y sea la estalactita que crece constante, nutriéndose de experiencias mejores.


Cuando menos lo esperes mi pecho será tu santuario,
dormirás conmigo, en mí, siendo uno mismo,
acostado sobre tus pequeños placeres,
gobernando sobre la añoranza de los lejanos sueños de la juventud.


Estarás en el trago de café que bebo tomado a tu mano,
en tu mirada que lo dice todo, sin decir una sola palabra.
Llegarás, tal vez encapsulado en algo no soñado.


Quizá vengas en un rostro nunca antes visto,
quizá vengas de una historia en mi pasado,
pero estoy seguro que has de llegar y te instalarás entre mi sangre,
vendrás a sacarme de este encierro voluntario,
que a veces le pesa a mi alma,
entonces habré de ser, junto a ti, contigo.


Estoy listo para romperme en tus olas,
estoy alerta esperando que me abraces desde dentro y me construyas de nuevo.
Toma tu tiempo,
Amor,
toma tu tiempo.

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